Hoy traemos estos temas:

LAS ETIQUETAS DE LOS PRODUCTOS QUÍMICOS.

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA QUE LOS NIÑOS COMAN VERDURAS.

COMICS Y SALUD

EROTISMO EN LA PAREJA

Teresa Galindo desde Murcia, nos habla sobre cómo debemos leer las etiquetas en los productos químicos que tenemos en casa.

Diariamente estamos expuestos a multitud de productos químicos y residuos con efectos negativos para nuestra salud, seguridad y el medioambiente, por ello siempre es conveniente tomar una serie de precauciones, y no solo en el ámbito laboral.

  • Conocer los símbolos de peligrosidad:Para así saber cuáles son sus efectos negativos (explosivo, inflamable, comburente, gas comprimido, corrosivo, toxico, irritación cutánea, peligroso por inhalación, tóxico para el medioambiente)

  • Saber interpretar las fichas de seguridad o las etiquetas de la sustancia: Son una fuente vital de información a la hora de manejarlos y de actuar en caso de emergencia ya que nos indican sus riesgos, cómo evitarlos, información toxicológica, teléfonos de emergencia, gestión en caso de vertido accidental… Es fundamental en el caso de los residuos distinguir el CODIGO LER que son 6 cifras, si éstas van acompañadas de un asterisco * indica que es un residuo PELIGROSO.

 

  • Almacenamiento: Mantener el orden y la limpieza en el lugar donde se guardan, evitando que los recipientes estén directamente sobre el suelo, ya que podrían estar picados y no verse la fuga, por lo que es recomendable que estén sobre rejillas o estanterías con recipientes para coger posibles derrames. Además el suelo debe ser impermeable y se evitará en la medida de lo posible dejar recipientes a la intemperie, ya que los cambios de temperatura pueden deteriorar el contenedor, por ejemplo las garrafas de plástico al aire libre se contraen y expanden con la temperatura, lo cual puede provocar que se agrieten y se vierta su contenido. Por otro lado los contenedores metálicos se pueden oxidar con la humedad y si la sustancia que almacenan es un ácido, por ejemplo, se verán rápidamente deteriorados, por ello es necesario saber las cualidades de la sustancia a almacenar para así buscar el contenedor más adecuado. Se debe evitar la presencia de focos de ignición o calor, así como mantener una ventilación adecuada para evitar acumulaciones de vapores tóxicos o explosivos. Se deben respetar los periodos legales de almacenamiento y nunca mezclar sustancias de las cuales no conozco si son reactivas entre si.

 

  • Conocer los síntomas de una posible intoxicación:Mareos, pérdida de consciencia, vómitos, dolor de cabeza, taquicardia, dificultades respiratorias, irritación cutánea… Si estos aparecen se debe abandonar el recinto de trabajo con rapidez ya que estamos expuestos a algún contaminante y pedir ayuda. Se debe prestar gran atención si el trabajo se lleva a cabo en un recinto confinado, ante las dificultades de rescate en este tipo de ambiente, recordando que no se puede trabajar solo y que se deben tomar medidas especiales de seguridad.

 

  • No mezclar residuos diferentes en el mismo envase:Cada residuo en su sitio y un sitio para cada residuo. Si mezclamos varios residuos o productos químicos podemos causar reacciones violentas, explosiones, incendios, liberación de gases tóxicos… por eso es vital que las etiquetas estén bien conservadas y sean las correctas para saber a ciencia cierta qué es lo que estamos manejando, ya que a veces se pueden encontrar etiquetas viejas que nos dan lugar a error y esto no debería ser así, ya que un recipiente debería estar asignado para un tipo de residuo y no usarlo para varios.

 

  • No verterlos por la alcantarilla, por el desagüe o al mar: Si hacemos esto contaminamos el medio natural, nos exponemos nosotros y nuestros compañeros a los contaminantes, además de dar mala imagen a la empresa e incurrir en responsabilidades penales por daños al medioambiente.

 

El Doctor Iván Carabaño Pediatra del Hospital 12 de Octubre nos da consejos sobre cómo hacer que los niños coman verduras, frutas y legumbres.

En la edad infantil se debería comer ¾ partes de frutas, verduras y legumbres y sólo de ¼ parte de carnes y pescados.

Llega la hora de comer y empieza la pesadilla. 

Si puedes lograr que a tus hijos les guste (o al menos acepten) un vegetal en algún momento, regresarán a él en el futuro (quizás dentro de mucho tiempo, pero, aun así, merece la pena). Sin embargo, la clave para superar este delicado problema tan conocido por todos y conseguir que los más quisquillosos con la comida en general intenten probar las verduras, está en alentar a los niños a seleccionar entre una amplia variedad, de modo que siempre habrá algunas que puedan llegar a aceptar.

  1. Sirve raciones pequeñas

Es fácil caer en la rutina en cuanto a tu propia ingesta de verdura, y también con nuestros hijos. Sin embargo, si deseamos que haya variedad de alimentos en su dieta debemos servirles una amplia variedad de alimentos: Col una noche, lechuga la otra, judías verdes, y así sucesivamente. Y sí, esto significa que tú también debes comer una amplia variedad de verduras también.

Es más probable que los que las detestan no estén muy contentos ante tanta variedad, pues controlar y no salir de lo que estás acostumbrado son las características principales de los niños quisquillosos con la comida. Para lidiar con este descontento, alterna los vegetales “seguros” de tu hijo con otros poco familiares con los que puede que se sientan literalmente amenazados. También, sirve nuevas verduras y las que no les gustan, hazlo en porciones más pequeñas. Debes tomar aquí una visión a largo plazo, y hacer que injieran una gran cantidad es menos importante que asegurarse que se expongan a la gran variedad existente.

  1. Mantente firme

Aunque se trata de un consejo bastante impopular, porque francamente, es molesto, sin mencionar que es caro, servir verdura que sabes que no les gusta al menos unas 15 veces con la esperanza de que al final lo acepte es necesario para conseguir que los niños coman verdura. La persistencia puede resultar la estrategia más efectiva para lograr que los niños coman.

Estudios realizados en todo el mundo han demostrado que a pesar de lo que decimos los padres, la mayoría dejamos de servir verduras a los niños cuando nos dicen que no les gustan después de que no les gustan después de 3 a 5 intentos. También, a la hora de alimentar a los niños más pequeños y a los bebés, los cuidadores o tutores tienden a llegar a la conclusión sobre si a un niño le gusta o no un alimento a pesar de que puede que no estemos totalmente convencidos. ¿Y si solamente ha tenido un mal día y no significa que no le gusten las zanahorias? Hay que dárselo a probar de nuevo para estar seguros.

La clave para ser persistente sin enloquecer es abstenerse de pelear con el niño sobre lo que está en el plato. Mantener la calma no requiere más que un reconocimiento justo – sí, estamos comiendo coles nuevamente y sé que no te gustan – y ser sensatos con respecto a las reglas alimenticias que le comunicamos.

¿Deben darle un mordisco o probar un poco? ¿Les daremos postre o un premio no relacionado con la comida si se comen sus vegetales o intentan algo nuevo? ¿Los niños que lloran deben levantarse de la mesa? Lo cierto es que no hay unas reglas para lograrlo por arte de magia. Decide qué es lo que puede funcionar para tu familia, establece claramente las normas, y luego con calma ejecútalas en la mesa, y listo. Es solo otro método de crianza y debe ser efectivo.

  1. Cambia la forma en la que sirves las verduras

Llegados a este punto, es probable que sientas que hacer que los niños coman verduras es más un juego mental que una tarea de la cocina propiamente dicha, aunque lo es, pero la forma en que los sirves importa también.

En primer lugar, las verduras tienen que saber bien. Puede parecer una obviedad, pero es cierto que a veces, se dejan en un segundo plano y se presta más atención en las proteínas. Si no sabes qué recetas hacer, considera usar un libro de recetas vegetarianas que te inspire un poco.

También, puedes pensar en lo que más le gusta a tu hijo y encontrar formas de incorporarle verduras en lugar de siempre servirlas solas (que puede sentirse desalentador para los niños).

Cambiar la forma en que las sirves también puede ser tan simple como cortarlos con formas creativas, servirlos en smoothies, o darles zumos en cajitas. Por supuesto, el cometido es lograr que eventualmente les guste comerse una ensalada, pero mientras tanto, es conveniente mostrarle lo versátiles y deliciosas que pueden ser las verduras en todas sus formas.

  1. Haz que ellos (y sus amigos) se involucren

Probablemente has escuchado que los niños son más propensos a probar una nueva comida si han ayudado a cocinarla, pero ¿sabías que también ayuda llevar a los niños al mercado o al supermercado? Es muy conveniente que sean ellos mismos quienes los escojan, y que ayuden a plantar hierbas y vegetales ayuda mucho a que se acostumbren a ellos. De este modo se apartan del desconocimiento y se gana la mitad de la batalla, especialmente cuando se realizan estas actividades lejos del estrés de las horas de la comida.

También podrás ayudar a sus amigos más aventureros a comer saludablemente. La presión entre compañeros, incluso siendo implícita, funciona bien. O al menos demuestra que el aguacate no es letal. Si de forma clandestina empleas los buenos hábitos alimenticios de un amigo, mantente callado al respecto. No establezcas comparaciones que hagan que tu hijo se sienta mal. Deja que los hábitos saludables de sus amigos hablen por sí solos.

  1. Sírvele de buen ejemplo

Lo que tú comes, importa. Lo que tu hijo observe que comes tendrá un impacto en sus propios hábitos, especialmente si estás intentando decirle de otra manera que las verduras pueden ser deliciosas. Dicho esto, ten presente que es posible que a tu hijo no le guste algo solo porque a ti te gusta. Todos somos diferentes, y tú estás intentando cambiar una actitud, no un amor específico hacia las coles.

 

Nuestro Experto en comics y salud Eugenio nos habla sobre la exposición en la Biblioteca Nacional “¡Beatos, Mecachis y Percebes!”

La muestra dibuja en tres pasos un baile de varios cientos de años. Empezando con los Beatos, antepasados lejanos que iluminaron manuscritos o contaban historias en tiras de vendaje de momia. Seguirán los Mecachis, ya más cercanos, olvidados bisabuelos que vivieron la entrada del siglo XX desde sus ilustraciones para prensa periódica. Y cierra con la popular familia de la Rue del Percebe.

La BNE vuelve su mirada una vez más hacia el campo del cómic, ese tipo de publicación gráfica que en España reivindicamos llamándola tebeo. En esta ocasión con una pequeña-gran panorámica, que es en realidad un juego de relectura, una mirada ligera y sin prejuicios que, con cierta irreverencia, convierte en tebeos miles de años de historia.

Manuscritos medievales, incunables xilográficos, libros calcográficos, prensa decimonónica… han sido seleccionados con esta particular mirada a partir del amplio Patrimonio Bibliográfico Español conservado en la BNE –disponible de manera creciente  en la Biblioteca Digital Hispánica– además del aporte de instituciones vecinas como el Museo ABC y el Museo Arqueológico Nacional.

 

Esta selección tiene también un fuerte componente arquitectónico, condicionado por la mirada de su responsable y guiada por la convicción de que las construcciones que se dibujan para contar historias son las mismas que se “dibujan” para vivir. Se convierte así la sala en una heterotopía, entendida como lugar de lugares, un espacio real donde se yuxtaponen espacios y relatos, que van desde una tumba egipcia a un peculiar edificio marcado con el número 13.

 

Beatos, mecachis y percebes, una familia inventada que se remonta a los orígenes de la humanidad, tres nombres sonoros en la tradición más pura del tebeo, tres personajes para un recorrido gráfico que muestra una manera de contar que siempre nos ha acompañado… y de paso enseñan que la BNE siempre ha sido una casa del tebeo.

El primer paso del recorrido se construye en torno a un halo de misterio que abarca miles de años. Los Beatos, decenas de códices manuscritos copias del Comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana, aquí pasan a denominar todo un pasado lejano, apenas recuperado de la pérdida en el tiempo.

Estos beatos, antepasados sin rostro, no solo viven más cerca del mito y la religión, sino que son los últimos que conocieron un mundo sin fotografía, y esto es importante, ya que después de la presentación del invento de Daguerre en 1839, la visión nunca sería la misma.

Se narra a través de imágenes y estructuras gráficas que beben directamente del entorno construido y con ellos se asiste al nacimiento del libro, la progresiva democratización de palabra e imagen y la pugna entre ellas para contar historias.

 

Los mecachis, en honor al brillante dibujante Eduardo Sáenz Hermúa, que vivió tras ese apodo, son aquellos antepasados que no se conocen hoy en persona, pero que ya vivieron el principio de nuestro mundo: la urbe industrial, la democratización de la imagen, la llegada de los medios de masas, el inicio del cómic en su concepción contemporánea, la aparición de la fotografía… el nacimiento de la imagen técnica.

 

Es tiempo de pioneros que ensayan nuevos modos desde los principales países industrializados, con Francia e Inglaterra al frente y sus capitales como ejemplo. Con la ubicuidad de la económica imagen litográfica nace una nueva prensa, y con ella la conciencia del poder del mensaje multiplicado.

 

Las páginas gráficas, y sus autores, crecen en alcance y reconocimiento. Reflejan al instante la escala y condiciones de la nueva ciudad, a la vez que exploran formatos inéditos, como libros enteramente dibujados.

 

Y, finalmente, los percebes, un homenaje directo a Francisco Ibáñez y el edificio que se convirtió en retrato de varias generaciones: 13, Rue del Percebe. Ellos sirven para hablar de la familia más cercana, en un concepto de generación amplio que incluye a abuelos, padres y nietos, a aquellas personas con las que se puede convivir aunque sea brevemente. Abarca así el siglo XX hasta la actualidad y se convierten en una amplia acepción de lo contemporáneo.

Aquí es donde existe el núcleo de un universo del cómic, crecientemente inabarcable en todas sus variables, desde el manga a la llamada novela gráfica, desde el álbum franco belga a una grapa de quiosco.

 

Son varios pasos, el  primero para reivindicar una vanguardia, el Isotipo, eslabón perdido en la relación entre imagen, palabra y la compresión narrada del mundo. Para finalizar con el mundo del tebeo clásico y las distintas apuestas de la contemporaneidad de estas casas de tebeo.

 

 

Nuestra colaboradora y experta en literatura erótica Linda, nos habla sobre el juego de la seducción en la pareja.

 

¿Seducir es un arte? Pues sí, seducir es un arte que se aprende, desarrolla y perfecciona. A muchos les viene de manera natural y es como el aire que respiran.

Cada quien se relaciona de manera diferente con quien le es atractivo, aun cuando no sea consciente de ello. Una chica a la que le gusta un chico no lo trata de la misma manera en la que trata a sus amigos o compañeros de estudio. Frente al chico que le atrae dulcifica su tono de voz y su postura es más seductora, aunque queda claro que cada ser humano utiliza los métodos de seducción que más se adapten a su personalidad.

De la seducción nace el erotismo, fase donde se pasa de la atracción al deseo sexual. El sexo incluye más que el simple acto sexual en sí. El erotismo, la seducción, la sensualidad y los juegos eróticos forman parte indispensable del disfrute y el placer.

6 formas de potenciar el erotismo

Muchas personas se preguntan ¿cómo hay quien puede tener sexo automático sin erotismo? Hay maneras de desarrollar el poder de seducción y el deseo, estas son 6 formas de potenciarlo:

  • Aprender a provocar:Una llamada con una voz sensual, un sugestivo conjunto de ropa íntima son jugadas que despiertan la llama.
  • Cuidar el espacio íntimo:Respetar los tiempos de intimidad, una vela, una esencia en la habitación, son detalles que mantienen el interés mutuo.
  • Aprender a comunicarse sensualmente con el cuerpo:La mirada, los gestos, los movimientos, el tacto, son parte esencial de la seducción de pareja.
  • Conservar el contacto delicado y sutil:Mantener la estimulación de la piel y las partes erógenas del cuerpo con cremas y esencias.
  • Aprender a seducir en un beso:Los labios es una de las armas más intensas de seducción, hay que aprender a usarlos.
  • A jugar:Los juegos son la manera más divertida de despertar el deseo. Disfrutar de los juegos sacan de la monotonía a cualquier pareja.