Nos vamos de vacaciones de Semana Santa y el programa nos trae temas relacionados como la fotoprotección, consejos sobre la conducción y la presentación del libro de nuestro compañero Eugenio.

 

La Doctora Sonia Aguado nos habla sobre la fotoprotección durante las vacaciones.

“Debajo de nuestro mejor vestido está el más importante, el más caro, el más duradero y que requiere mayor cuidado. Además, el más caduco: nuestra piel”

La piel requiere una serie de cuidados que no son siempre idénticos y que, además de tener en cuenta el fototipo también hay que tomar en consideración que la piel va cambiando en cada etapa de la vida y va a necesitar una higiene adecuada al tipo de piel y la edad, una hidratación, fotoprotección y reparación de los pequeños daños que se producen. “Lo único constante en todas las etapas es la fotoprotección”.

Y aunque la fotoprotección es fundamental, además de ésta, existen otros dos pasos muy importantes para cuidar la piel:

Limpieza

La limpieza de la piel se tiene que realizar por la mañana y por la noche. “Aunque no nos maquillemos, en el caso de la mujer, cuando acaba el día la piel está llena de grasa, sudor y polución. Al limpiarla conseguiremos que los tratamientos que nos demos a continuación penetren mejor y hagan su trabajo correctamente”, quien además hace hincapié en que para limpiarla hay que elegir productos adecuadas, como las aguas micelares.

Hidratación

La piel es nuestra barrera con el exterior y ésta puede agredirse por el viento, el aire y el frío. Además, la exposición solar hace que se deshidrate. Por ese motivo “es necesario utilizar los tratamientos correspondientes para restablecer el funcionamiento de la piel y evitar la pérdida de agua.

Fotoprotección

“Necesitamos tomar el sol para sintetizar suficiente vitamina D. Pero esto no quiere decir que para conseguirlo tengamos que estar 8 horas en la playa o en el parque; sólo es necesario 5 minutos en los brazos y en las piernas dos días por semana para conseguirlo”, es preferible tomar complementos para llegar a los niveles de vitamina D.

El riesgo de exponerse al sol sin protección puede provocar quemaduras en la piel, que en el futuro pueden dar lugar a problemas como el cáncer de piel o el melanoma. Para protegernos del sol no sólo hay que utilizar protectores solares tópicos. “Fotoprotección es ponerse un sombrero, usar ropa adecuada y estar en la sombra”.

Respecto a la fotoprotección, en los días nublados también hay que utilizar protección ya que el sol quema también, igual que lo hace en la montaña o debajo de una sombrilla en la playa. “Existen muchos mitos sobre el factor de protección solar, ¿qué debemos saber? Lo más importante es que el número indica el tiempo que tardamos en quemarnos con esa protección. Para que haga efecto tiene que aplicarse 30 minutos antes de la exposición solar”.

Además, recomienda buscar productos que se adapten a nuestra rutina y podamos usar a diario, ya que debemos usar protección solar siempre, no sólo en la playa, la montaña o la piscina.

Por último, recuerda que en los niños es crucial utilizar crema solar para evitar problemas en el futuro y revisar los lunares con periodicidad.

 

Muchas veces no somos conscientes de la relación entre los tiempos de conducción y descanso, ya que el pensamiento habitual si hacemos un viaje corto, de cuatro horas por ejemplo, es traduce en que, parar a descansar una vez no merece la pena. “Por llegar antes”, estamos corriendo un riesgo innecesario.

Los desplazamientos en coche no originan aparentemente ningún desgaste físico, por eso se utilizan asiduamente. Pero esta impresión es engañosa: periodos prolongados al volante pueden originar dolores en los músculos y articulaciones, además de pérdida de concentración y reflejos, según la DGT.

No sólo hace falta descansar en un viaje, ya que hay que hacerlo durante un tiempo de descanso prolongado. Además, hay que hacer ejercicios para estirar las piernas y relajar los músculos, o simplemente dar paseos.

El cansancio provoca falta de atención si no respetamos los tiempos de conducción y descanso. Una menor precisión de los movimientos y errores en las decisiones. Además, si hay que conducir por la noche, las paradas de ben hacerse con más frecuencia, ya que se somete al cuerpo a un esfuerzo extra al cambiar la costumbre de estar durmiendo a esas horas y las condiciones de luminosidad obligan a una mayor concentración.

En condiciones normales, un automovilista tarda un segundo en reaccionar ante un imprevisto. Fatigado, puede llegar a tardar el doble. Esto significa que si circulas a una velocidad de 120 km/h recorrerás una distancia de 66 metros antes de pisar el freno o girar el volante.

El tratamiento con ciertos medicamentos puede ocasionar efectos, tanto terapéuticos como adversos, que pueden disminuir la destreza necesaria para conducir un vehículo.

Es bien conocido que la administración de agentes psicótropos (benzodiacepinas, especialmente) que se utilizan como tranquilizantes o hipnóticos, y los antihistamínicos para el tratamiento de alergias,  aumentan el riesgo de sufrir un accidente de circulación.

Se sabe que en un 10% de los casos, los fallecidos o heridos habían consumido algún medicamento con efecto psicoactivo.

 

Felicitamos a nuestro compañero Eugenio Rivera, por este fantástico libro.

‘Madrid 1939’ contiene textos de Pablo Méndez e ilustraciones de Eugenio Rivera. Un libro en el que la literatura y el arte se han unido para hablarnos de un aciago episodio de nuestra historia y recrear la vida en un Madrid desolado, tras la finalización de aquel cruento conflicto bélico entre españoles que marcaría a nuestro país durante décadas.

Un libro que, sobre todo, debe servir para recordar lo que supuso aquello y lo que nunca más debería llegar a suceder.

Nos habla del Madrid de los toros, del cine y de la vida cotidiana, en esa época de Guerra.

Esta niña. Esta niña es mi madre y está feliz en su pobreza de veinte meses, en su palacio de hojalata, en su reino de inocencia e incertidumbre. Esta niña, esta niña es mi hermana y apenas llora por las noches, es un milagrillo de la calle alcalde sáinz de baranda y sonríe a todos los hombres porque piensa que todos son su padre. Esta niña rubia, pequeñita como un cascabel de la mañana, esta niña es mi hija, y lleva ochenta años sola, como yo, caminando la misma calle de mundos paralelos.

 

El Doctor Dario Fernández nos habla de un efecto de los viajes el Jet Lag


Las personas nos regimos por el ritmo circadiano, que es una especie de ‘reloj interno’, que nos ayuda a regular biológicamente nuestros tiempos de sueño y de vigilia. Habitualmente, este reloj se sincroniza con los períodos de luz y oscuridad del lugar donde vivimos y los horarios en los que estamos habituados a realizar nuestras actividades. Así, esta sincronización nos marca que debemos estar activos durante el día y dormir durante la noche.

Ese reloj se encuentra en el cerebro (concretamente, en el hipotálamo) y abarca ciclos ligeramente superiores a las 24 horas. Cuando atravesamos varias franjas horarias le estamos añadiendo o restando horas, según la dirección en la que nos desplazamos.

Por eso, tras un vuelo de larga distancia o transoceánico, el reloj interno de la persona tiende a prevalecer frente al del nuevo huso horario del destino, sobre todo cuando se viaja hacia al este, en sentido opuesto al del reloj corporal. Ese desajuste entre las horas de luz del lugar al que llegamos y nuestro horario habitual de sueño causa un trastorno conocido como jet lag o síndrome de los husos horarios, y es más probable que aparezca cuando entre el punto de partida y el de destino existe un desfase de más de 5 husos horarios.

El cuerpo reacciona con cansancio y dolor de cabeza

El jet lag se produce cuando el reloj interno debe adaptarse al nuevo horario en poco tiempo, lo que puede causar la aparición en el viajero de ciertas molestias:

 

  • Fatigay cansancio general.
  • Somnolenciadurante el día.
  • Dificultad para conciliar el sueñopor la noche.
  • Dolor de cabeza.
  • Falta de concentración, disminución del rendimiento físico e intelectual.
  • Irritabilidad, ansiedad.
  • Falta de apetito, sensación de plenitud.

Se puede prevenir con sencillas pautas

Para prevenir y mitigar esa sintomatología típica del jet lag es importante seguir unas pautas de higiene del sueño, que nos podrán ayudar a sobrellevar el desajuste horario y a disfrutar mejor de las vacaciones o del viaje que vayamos a realizar.

Diez consejos para prevenir el jet lag

  • Intenta anticiparte.
  • Para atenuar el cambio y ayudar al organismo a adaptarse al nuevo horario del país al que te desplaces, los días anteriores al viaje intenta acostarte más temprano y despertarte antes de lo habitual si vas a ir hacia el este, o bien quedarte despierto hasta más tarde y levantarte más tarde si es que viajas hacia el oeste.
  • Duerme bien antes del viaje.
  • Para tratar de prevenir la fatiga provocada por eljet lag, es importante descansar lo suficiente antes del viaje, durmiendo más horas la noche anterior para afrontar el trayecto lo más fresco posible y que tu cuerpo se recupere antes.

 

  • Ajusta el horario al de tu destino.
  • Durante el viaje, trata de ajustar tus horas de sueño a las del destino, intentando no dormir demasiado en el vuelo si vas a llegar por la tarde-noche o, por el contrario, aprovechando las horas de vuelo para dormir si vas a llegar a destino por la mañana, para mantenerte activo durante el día. Cambia la hora de tus relojes para ajustar también el horario por el que te vas a regir esos días. Si la estancia va a ser corta, menos de dos días, es probable que al organismo no le dé tiempo a adaptarse (precisa entre 2 a 7 días para hacerlo), por lo que la mejor opción en este caso será la de continuar con el reloj habitual de origen.

 

  • Descansa durante el trayecto.
  • Intenta descansar e incluso dormir, según las recomendaciones previas, en el avión y hazlo lo más cómodamente posible. Para ello, te vendrá bien contar con un antifaz para evitar que la luz te moleste y tapones para los oídos o música relajante por si el ambiente fuera demasiado ruidoso.

 

  • Bebe agua en cantidad suficiente.
  • El ambiente seco y la altitud propia de los viajes en avión harán que tu organismo consuma muchos líquidos, por lo que debes estar atento a hidratarte adecuadamente.

 

  • Evita el alcohol.
  • Para paliar tu sed no recurras a bebidas alcohólicas, porque pueden empeorar la calidad del sueño y deshidratarte, por lo que es recomendable evitarlo, con el fin de no empeorar los síntomas del jet lag.

 

  • No abuses del café.
  • La cafeína puede ayudarte a mantenerte despierto si lo necesitas por el horario de tu destino, pero no conviene ingerir más cantidad de la que tomas habitualmente.

 

  • No te quedes quieto.
  • Activa la circulación de la sangre dando algún paseo por el avión, levantándote de tu asiento o simplemente realizando unos ejercicios para mejorar la movilidad de las piernas. Así disminuirás también la tensión general de tu cuerpo.

 

  • Date tiempo para aclimatarte.
  • Una vez en destino, y si el viaje va a durar varios días, trata de ajustar tu reloj biológico al horario local, cenando y comiendo regularmente a las horas correspondientes e intentando estar al aire libre durante las horas de luz.

 

  • La melatonina puede ser moderadamente eficaz.
  • Acude a tu farmacia para asesorarte sobre complementos nutricionales que contengan melatonina, una hormona que regula los ritmos corporales y que puede ayudar a disminuir el tiempo necesario para conciliar el sueño. Como fármaco, se utiliza para el tratamiento de algunos tipos de trastornos de sueño. Consulta con tu médico si estas soluciones pueden ser beneficiosas para ti, atendiendo a tus características y al tipo de viaje que vas a realizar.

 

 

Teresa Galindo nuestra experta en Seguridad nos trae la importancia de conducir bien.

 

Cada conductor debe encontrar ‘su’ posición al volante, adaptada a su anatomía y a su vehículo, para conducir relajado sin renunciar a la seguridad.

Así que, antes de ponerse en marcha, asegúrese de que todo está a su medida. Y si es necesario rectificar algún reglaje (respaldo, reposacabezas, retrovisor…), hágalo siempre con el vehículo detenido para evitar distracciones. Con esta ‘rutina’ de 10 puntos, conducirá de forma segura y cómoda:

 

1. Distancia. Busque su separación óptima respecto al volante y a los pedales. La banqueta debe quedar a una distancia que permita maniobrar con comodidad. Un truco: pise el embrague a fondo, la pierna izquierda debe quedar ligeramente flexionada, no estirada. 2. Altura. Regule la banqueta hasta una altura que le permita visibilidad frontal completa. Sus ojos, deben quedar a media altura del parabrisas, para ver hasta el final del capó delantero. ¡Cuide de no deshacer los ajustes previos de distancia! 3. Inclinación. El ajuste del respaldo es importante porque condiciona la movilidad de los brazos. La inclinación idónea es un poco más de 90º, de forma que pueda tocar la parte superior del volante con las muñecas, con la espalda apoyada en el respaldo.

 

 

4. Reposacabezas. Una vez sentados correctamente, regulamos el reposacabezas. El centro debe coincidir con la parte de atrás de su cabeza y ambos deben quedar alineados por arriba. Recuerde: el reposacabezas no sirve para dar comodidad, sino para amortiguar el movimiento de la cabeza en caso de impacto. 5. Volante.  La altura y la profundidad adecuadas del volante permiten sujetarlo cómodamente, con los codos un poco flexionados, formando un ángulo de más de 90º. Además, cuando maniobremos, las rodillas nunca deben topar con él. Ni debe obstaculizar la visión del cuadro de instrumentos ni de la carretera. 6. Retrovisores. Ajustados asiento y volante, es turno de los retrovisores. Deben estar colocados de forma que ofrezcan una visión correcta de la vía sin tener que mover la cabeza. El retrovisor interior debe estar centrado en la luneta trasera. Los laterales, abiertos para cubrir un mayor ángulo, hasta dejar de ver el lateral del vehículo.

 

7. Manos. Sitúe las manos sobre el volante para tener capacidad de maniobra. Imaginando que su volante es la esfera de un reloj, agárrelo en la posición de las ‘10:10’. Durante la conducción, mantenga los brazos un poco flexionados, nunca tensos. Durante la marcha, evite cruzarlos al girar el volante.
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8. Calzado. Para conducir el calzado debe ser cómodo, flexible, sujetar el pie y con buen tacto en los mandos para pisar los pedales con fuerza y precisión. Evite chanclas y sandalias, zapatos con tacón o rígidos. Asegúrese de que sus suelas están secas y limpias antes de conducir para no resbalar. 9. Ropa. La vestimenta también condiciona al conductor, ya sea en trayectos cortos o más prolongados. La abultada ropa de abrigo propia del invierno es poco recomendable ya que impide el correcto ajuste del cinturón de seguridad y le resta eficacia cuando entra en acción.

 

10. Cinturón. Con todos los ajustes completamente regulados a medida, haga ‘clic’ con su cinturón de seguridad, siempre antes de ponerse en movimiento. Dejarlo para después implica soltar una mano del volante, además de una distracción totalmente evitable. Y cuide de que todos sus acompañantes también abrochen sus cinturones.
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