Diversa, continúa acercándose a jóvenes y adolescentes de diversos centros educativos de los distritos del sur de Madrid, para conocer las diferentes realidades que les ha tocado vivir en esta época de crisis. Muchas de estas personas participan en diferentes recursos o servicios como es el caso de las voces protagonistas que escucharemos en los podcast que este artículo presenta.
El objetivo de Diversa es también, conocer el enfoque de las y los profesionales que trabajan con la juventud y adolescencia, entender los procesos y contextualizar dichas realidades, contadas por las y los jóvenes protagonistas. Es por ello que desde los espacios de diálogo y comunicación de Diversa, generamos contenido desde múltiples puntos de vista: el contexto explicado por personas educadoras o por asociaciones y colectivos que conocen el territorio donde viven las personas participantes así como entorno personal, emocional y experiencial, el enfoque comunitario desde la comunicación y la relación que tiene ésta con el desarrollo de las personas, al partipar en ese espacio comunicativo usando la radio como herramienta de educomunicación, y el punto de vista de las protagonistas, la juventud y adolescencia de nuestros barrios.
Irene y Susana, educadoras en el distrito de Usera, nos acercan este primer punto, como introducción a los podcasts que podéis escuchar, descargar y difundir, en este contenido:
El grupo de autocuidados surge tras el éxito de una iniciativa de actividades con perspectiva de género, llevadas a cabo en grupos no mixtos, con motivo de la celebración del 25-N, Día contra la Violencia Machista. En aquella ocasión, el servicio de educación social Actividades Preventivas y Socioeducativas de Junta Municipal del Distrito de Usera hizo una convocatoria para que las chicas adolescentes de los grupos con los que trabajamos en los diferentes barrios de Usera se encontraran para potenciar, a través de técnicas físicas y psicológicas, diferentes herramientas de empoderamiento. Los chicos, a su vez, se reunieron para reflexionar sobre su forma de habitar el espacio y de relacionarse y pensar en otras masculinidades que puedan vincularse con el mundo de manera igualitaria.
Y es que la realidad de la violencia machista no es algo ajeno al distrito en el que intervenimos, sino que está presente en un gran número de familias y aparece, a su vez, en la calle, como un factor de riesgo de las relaciones sexo-afectivas entre adolescentes y jóvenes. La violencia de género atraviesa el espacio público, las instituciones cerradas como las escuelas, y se cuela en los espacios privados afectando a mujeres de todas las generaciones, entrecruzándose con otras discriminaciones como el racismo, el capacitismo y el clasismo, que agudizan la situación de amenaza.
Consideramos que ésta es la punta del iceberg de las relaciones asimétricas de género y que forma parte de una espiral que comienza con agresiones de menor calado, pero no por ello menos importantes, las cuales necesitamos aprender a identificar y rechazar.
Ante la gran acogida de la actividad por parte de las adolescentes y atendiendo a su demanda de continuidad, comienza su andadura este grupo que llamamos de autocuidados, en el que pretendemos realizar un trabajo corporal que posibilite el desarrollo de una mayor seguridad de las chicas en relación con su propio cuerpo y sus capacidades y, a su vez, a través de técnicas físicas y psicológicas de expresión, de la observación y el análisis de la postura corporal, la proyección de la voz, la mirada, los límites, etc., promover una autoestima y autoconcepto sanos y equilibrados.
Este proceso se vio interrumpido, como el resto de actividades y encuentros y la totalidad de nuestra cotidianidad, con la irrupción del COVID-19 y las educadoras nos vimos en la necesidad de planear cómo continuar estrechando lazos con las chicas y trabajando en la prevención de la violencia machista sin poder estar en presencia física. Surgió entonces esta colaboración con el proyecto Diversas de OMC radio como un entorno disponible para ambas cuestiones.
La radio constituye un sustrato fértil en el que llevar a cabo un proceso de empoderamiento, de auto-observación y autoconocimiento, de superación de las propias limitaciones. En este espacio, las chicas han reflexionado en torno a sus vivencias y experiencias, sus intereses y conocimientos, considerándolos contenido de valor para su difusión social. Han escuchado las palabras de las otras con atención y respeto, devolviéndoles nuevas preguntas y opiniones al respecto, involucrándose con sus compañeras y tejiendo nuevos lazos con ellas.
Estas relaciones de apoyo mutuo y solidaridad son uno de nuestros objetivos principales, ya que suponen un gran antídoto contra el aislamiento que se produce en situaciones de violencia de género. A su vez, el hecho de realizar esta actividad en un grupo de mujeres nos lleva a reflexionar sobre la desigualdad asociada al género en las formas de ocupar el espacio público y de poner la voz y las maneras que tenemos a nuestra disposición para escapar a esa norma.