Empezamos hablando de un problema que afecta a los hombres a partir de los 40 o 50 años.
La próstata tiene la función de válvula. Impide que la orina se filtre al sistema reproductor y, durante el coito, cierra el paso de la vejiga mientras permite pasar semen, previo es capaz de secretar líquidos para quitar todo resto de orina que pueda haber en la uretra y así no contamine el semen.
Justo encima y a los lados de la glándula prostática se encuentran las vesículas seminales que producen la mayor parte del líquido seminal. La próstata rodea la primera parte de la uretra, conducto por el que circula la orina y el semen hasta el pene.
Las hormonas masculinas estimulan la glándula prostática desde el desarrollo del feto. La próstata continúa su crecimiento hasta que se alcanza la edad adulta y mantiene su tamaño mientras se producen las hormonas masculinas. Si las hormonas masculinas desaparecen, la glándula prostática no puede desarrollarse y reduce su tamaño, a veces hasta casi desaparecer.
En los hombres menores de 50 años, el problema más común de la próstata es la prostatitis, el agrandamiento de la próstata. Esta afección también se conoce como hiperplasia prostática benigna. Los hombres mayores también corren riesgo de desarrollar cáncer de próstata, pero esta enfermedad es mucho menos común que la BPH.
Prostatitis quiere decir posible inflamación o irritación de la próstata. Si usted tiene prostatitis, podría presentar uno o más de los siguientes síntomas:
• ardor al orinar
• ganas de orinar con más frecuencia
• fiebre
• cansancio
La inflamación de cualquier parte del cuerpo por lo general es una señal de que el cuerpo está combatiendo gérmenes o reparando una lesión. Algunos tipos de prostatitis son causados por bacterias, que son organismos diminutos que pueden causar infección o enfermedad. Si usted tiene prostatitis bacteriana, el médico puede observar bacterias al examinar una muestra de su orina en el microscopio. Después, el médico puede darle un antibiótico, un medicamento que destruye las bacterias.
Si usted es hombre, tiene más de 50 años y ha comenzado a tener dificultad para orinar, esto puede deberse a un agrandamiento de la próstata, o BPH. A medida que los hombres envejecen, la próstata sigue creciendo. Mientras ésta crece, oprime la uretra. Como la orina pasa de la vejiga a través de la uretra, la presión causada por la próstata agrandada podría afectar el control de la vejiga.
Si usted tiene BPH, quizá presente uno o más de los siguientes problemas:
• Una necesidad frecuente y urgente de orinar. Es posible que deba levantarse varias veces por la noche para ir al baño.
• Dificultad para iniciar el chorro de orina. Aunque usted sienta que tiene que llegar al baño con urgencia, le cuesta trabajo comenzar a orinar.
• Un flujo de orina débil
• Una cantidad pequeña de orina cada vez que va al baño
• La sensación de que todavía tiene que orinar más, aunque acabe de haber orinado
• Goteo de orina
• Cantidades pequeñas de sangre en su orina
Varias pruebas ayudan al médico a identificar el problema y elegir el mejor tratamiento.
• Tacto rectal. Por lo general, este examen es la primera prueba que se realiza. El médico introduce un dedo enguantado en el recto y palpa la próstata, que se encuentra justo enfrente del recto. Este examen le da al médico una idea general del tamaño y condición de la próstata.
• Prueba de sangre. Puede ser que el médico quiera hacerle una prueba de sangre para detectar el antígeno prostático específico (prostate-specific antigen o PSA por sus siglas en inglés). Un nivel alto de PSA puede ser una señal de cáncer de próstata. Sin embargo, esta prueba no es infalible. Muchos hombres con niveles altos de PSA no tienen cáncer de próstata.
• Imágenes radiográficas. Es posible que el médico quiera tomar una radiografía o una ecografía de la próstata. La pielografía intravenosa (intravenous pyelogram o IVP por sus siglas en inglés) es una radiografía de las vías urinarias. Para la IVP, se inyecta un colorante de contraste en una vena. Luego, cuando el colorante sale de la sangre y entra a la orina, se lo puede observar en la radiografía. En la ecografía rectal, se introduce una sonda, o catéter, en el recto para enviar ondas sonoras que rebotan de la próstata.
• Uroflujometría. Le pueden pedir que orine dentro de un aparato especial que mide la rapidez con que fluye la orina. Un flujo reducido puede indicar BPH.
• Cistoscopia. Otra manera de identificar un problema desde el interior consiste en utilizar un cistoscopio. El cistoscopio es un tubo delgado que tiene lentes como un microscopio. El tubo se introduce en la vejiga a través de la uretra mientras el médico mira por el cistoscopio.
El siguiente tema que tratamos es la obesidad infantil. La Organización Mundial de la Salud dijo que la epidemia del siglo XXI sería la obesidad. En España el 43% de los escolares tienen exceso de peso.
Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer a edades más tempranas enfermedades no transmisibles como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades conexas son en gran medida prevenibles. Por consiguiente hay que dar una gran prioridad a la prevención de la obesidad infantil.
Causas por las que los niños y adolescentes se vuelven obesos
La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad infantiles es el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico. El aumento mundial del sobrepeso y la obesidad infantiles es atribuible a varios factores, tales como:
• El cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables.
• La tendencia a la disminución de la actividad física debido al aumento de la naturaleza sedentaria de muchas actividades recreativas, el cambio de los modos de transporte y la creciente urbanización.
Causas sociales de la epidemia de obesidad infantil
La OMS reconoce que la prevalencia creciente de la obesidad infantil se debe a cambios sociales. La obesidad infantil se asocia fundamentalmente a la dieta malsana y a la escasa actividad física, pero no está relacionada únicamente con el comportamiento del niño, sino también, cada vez más con el desarrollo social y económico y las políticas en materia de agricultura, transportes, planificación urbana, medio ambiente, educación y procesamiento, distribución y comercialización de los alimentos.
El problema es social y por consiguiente requiere un enfoque poblacional, multisectorial, multidisciplinar y adaptado a las circunstancias culturales.
Al contrario de la mayoría de los adultos, los niños y adolescentes no pueden elegir el entorno en el que viven ni los alimentos que consumen. Asimismo, tienen una capacidad limitada para comprender las consecuencias a largo plazo de su comportamiento. Por consiguiente necesitan una atención especial en la lucha contra la epidemia de obesidad.
El objetivo de la lucha contra la epidemia de obesidad infantil consiste en lograr un equilibrio calórico que se mantenga a lo largo de toda la vida.
Recomendaciones generales
• aumentar el consumo de frutas y hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos;
• reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas;
• reducir la ingesta de azúcares.
• mantener la actividad física: un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa que sea adecuada para la fase de desarrollo y conste de actividades diversas. Para controlar el peso puede ser necesaria una mayor actividad física.
Recomendaciones para la sociedad
Para frenar la epidemia de obesidad infantil es necesario un compromiso político sostenido y la colaboración de muchas partes interesadas, tanto públicas como privadas. Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado tienen un papel fundamental en la creación de entornos saludables y de condiciones de asequibilidad y accesibilidad de opciones dietéticas más saludables para los niños y los adolescentes. Por consiguiente, el objetivo de la OMS consiste en movilizar estos asociados e involucrarlos en la aplicación de la Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud.
La OMS apoya la definición, aplicación y seguimiento de medidas, así como el liderazgo en su aplicación. Para avanzar es necesario un enfoque multisectorial que movilice las energías, recursos y conocimientos técnicos de todas las partes interesadas a escala mundial.
En el municipio de Humanes, Comunidad de Madrid. Se está realizando un proyecto piloto, para controlar la obesidad infantil. Todos los departamentos del municipio están involucrados. Un medico puede recetar activida física a un joven y este va a los servicios de deportes donde le ponen un monitor y puede hacer ejercicio a precios menores. http://www.ayto-humanesdemadrid.es/….