Cuando vivimos la pubertad uno de nuestros grandes problemas era el acné. Es la afección de la piel más habitual y se da entre los 11 y los 30 o 40 años.

No todos los granitos son iguales dependen de la edad y las etapas de la vida. Los puntitos blancos son los más habituales y los puntitos negros que se cubren de suciedad. Las pápulas son bultos rosáceos que duele.

Las pústulas son granos rojos por debajo y blancos por encima.

Los nódulos y los quistes son más graves dolorosos, que están profundos en la piel y deben ser retirados con cirugía.

La cauda del acné es una infección bacteriana de la piel. Se puede dar por el aumento hormonal de la pubertad, por dejar la píldora, algunos medicamentos o productos tópicos que se dan en la piel, también las causas hereditarias pueden influir en la aparición del acné.

Debemos lavar la piel con jabones en pastilla, que son más adecuados para quitar las grasas de la piel. Nunca debemos estallar los granos, porque podemos producir heridas y expandir la inflamación. Si nos maquillamos podemos cerrar los poros de la piel y esto hace que la bacteria se reproduzca. Cuando te afeites cambia de maquinilla con regularidad una cuchilla poco afilada, produce más heridas te recomendamos afeitarte con maquinilla eléctrica.

El acné no es una enfermedad grave solo un paso y un proceso que se puede controlar con algunos pequeños cuidados. El mayor problema se encuentra en la implicación psicológica del rechazo.

El Sol se debe tomar con precaución a lo largo de la vida, con mucha protección que contenga poca grasa ya que como decíamos esto afecta a la aparición del acné.

La humedad y la contaminación pueden favorecer que se empeore el acné. El sudor produce una propagación de la bacteria, con un pañuelo de tela retira la grasa de la frente o la nariz.

Los días cercanos a la menstruación en las chicas produce un cambio hormonal, que aumenta la aparición de los granos.

Los tratamientos deben ser indicados por el dermatólogo. Existen tres tipos de tratamientos unos tópicos, otros con antibióticos ligeros y otros para casos graves y son agresivos.

El segundo tema que tratamos es el de la Autoestima. Cómo nos queremos, que imagen tenemos de la imagen que tienen los demás de nosotros.

Desde muy pequeños se desarrolla la autoestima. Si las personas significativa como la familia, los amigos son positivos o negativos. Si nos llaman guapos, maja, buena, malo, revoltoso, etc. Dependiendo de estos tipos de juicios creamos nuestra propia personalidad. También se puede producir la autoestima positiva o subida, porque nos han sobre protegido desde pequeños.

Cuando los profesores o los jefes no tienen cuidado con las críticas negativas, pueden producir que se hunda la autoestima. Debemos buscar la parte positiva de los mensajes. Tenemos que dar la vuelta a la tortilla, para valorarse una misma.

Aumentamos nuestra autoestima no dando esa importancia excesiva a la valoración de los demás. Tenemos que aprender a defender nuestra dignidad, nuestro esfuerzo o nuestros valores.

La baja autoestima hace que no sepamos decir NO. Cuando algo me afecta y me hace no sentirme bien debo decir NO. Podemos poner condiciones a las peticiones que nos afectan y decir esto si pero hasta aquí o eso no de ninguna manera.

Cuando nos intentan conducir hacia una situación que no nos gusta la primera estrategia es: NO DAR ARGUMENTOS O RAZONES. Porque los manipuladores intentarán llevarnos hasta su argumento. La razón es porque NO, porque NO quiero, porque NO me gusta. Si damos y tres o cuatro veces esta respuesta podremos librarnos de esa situación.