Llega la Navidad y como todos los años se nos presentan multitud de comidas y cenas de amigos, familia y empresa. También nos metemos 8400 calorías en la cena navideña según la media en España. Esto equivale a la comida de 3 días. Tenemos que hacer cenas fáciles de digerir, sin flatulencias y que no nos impida dormir. El primer consejo es no ir a la cena con hambre. Una hora antes podemos tomar una pieza de fruta para saciar en parte el apetito y cenar menos. El alcohol siempre con prudencia, para el brindis podemos hacerlo con sidra sin alcohol. Recuerda que si vas a conducir lo recomendable es no beber nada de nada. Puede que lleves a tus seres queridos en el coche. Es mejor servirse uno mismo, para controlar la cantidad que comemos. Mejor presentar en platos individuales que en bandeja y el pan por porciones y no en cesta común, porque terminamos comiendo más de lo necesario.

Como entrantes, lo ideal sería poner 2 ó 3 tipos de aperitivos ligeros, para que cada comensal cogiera 1,2 ó 3 bocados de cada uno como mucho (dependiendo del tipo de plato).

Por ejemplo, el primer entrante unos “Envoltini de Espárragos trigueros y jamón”. Un envoltini por persona.

Un segundo entrante, los tradicionales langostinos cocidos o a la plancha: 2 ó 3 piezas por persona, que aún nos quedan muchos platos por delante.

Y un tercero un poco menos tradicional: brochetas de tomate cherry, anchoa o boquerón en vinagre y queso blanco (mejor si es desnatado). Todo rociado con un aliño de aceite y albahaca. 1 ó 2 brochetas por persona.

De primer plato, sopa, consomé o crema con las verduras como protagonista y pescado y/o marisco. Este tipo de elaboraciones aportan hidratación y les gustan a todos los miembros de la familia, incluso si tenemos dificultades para masticar. Si son calientes, sientan estupendo en esta época del año y son económicas. Además sacian, por lo que evitarán atracones posteriores.

Una idea es elaborar una crema de marisco usando verduras, las cabezas de las gambas trituradas para dar sabor y mejillones cocidos. Una crema de calabaza con un poquito de curry y unos taquitos de salmón ahumado, incluso con pipas de calabaza peladas. Y de decoración, sésamo negro. La tradicional sopa de mariscos o consomé son otra gran idea.

Como segundo plato debemos elegir entre pescado o carne, no los dos, en una misma comida. El pescado es más ligero y por eso es preferible para las cenas. Como sugerencia para Nochebuena podemos usar cola de merluza congelada y rellenarla. Y, para la comida de Navidad un pavo o un pollo al horno con almendras y laminado de patatas con manzanas.

Si elegimos cochinillo o cabrito, deberíamos optar por elaboraciones como la plancha o el horno en su propio jugo añadiendo sólo agua, un pequeño majado de ajo y perejil y sal, y si se desea un chorrito de vino blanco.

Como acompañamiento, las ensaladas verdes más tradicionales la opción más adecuada. Para terminar la comida con un buen postre elegiremos frutas, ya que la comida o la cena han sido copiosas y aún nos queda la bandeja de los dulces navideños. La piña, tan típica en estas fiestas, además es digestiva y diurética; también podemos optar por las brochetas de frutas, que podemos bañar con un chocolate negro con un 70% de cacao.

En cuanto a los mazapanes, turrones o polvorones consumir en cantidades moderadas, ya que tienen muchas calorías y suponen un aporte extra después de una cena ya de por sí abundante.

No debemos olvidar el alcohol, tan presente en estas fiestas. No debemos consumir más de 1 ó 2 copas de vino en cada comida. A partir de ahí, el agua es la mejor elección, que podremos aromatizar con cítricos como el limón, la naranja o la lima. Si vas a conducir no bebas alcohol, nada de nada. Los refrescos debemos evitarlos ya que, además de contener mucho azúcar dificultan la digestión.

Y, para terminar, os dejamos una receta para preparar un sabroso pavo o pollo.

Se preparan las patatas y las manzanas cortadas en lascas muy finas y se colocan entremezcladas (una de manzana, una de patata) de forma que quede un rollo compacto que atravesaremos con palillos largos. En el mortero preparamos aceite (podemos usar aceite de trufa que venden en el supermercado) , ajo, sal, perejil freso y si queremos aún más sabor podemos poner cilantro fresco. En la base colocamos el pollo o el pavo sobre esta mezcla y la terminamos de añadir por encima. Por último, añadimos almendras machacadas como si fuera un gratinado sobre el pollo o pavo y lo metemos al horno.