Cuando George Orwell escribió su famosa novela 1984 a finales de los años 40, estaba adelantándose a un futuro no muy lejano. A nuestro presente. El Gran Hermano que Orwell imaginó se ha hecho posible, en parte, gracias a Internet.

Varios escándalos se han producido en los últimos años relativos a la seguridad de nuestros datos en la red. El más reciente es la denuncia pública que ha realizado Edward Snowden, un ex funcionario de la CIA, la Agencia de Inteligencia de Estados Unidos.

La identidad de este joven de 29 años se había mantenido en secreto por los periódicos The Guardian y The Washington Post. Ambos diarios habían publicado informaciones sobre los programas de espionaje del Gobierno estadounidense sin revelar la fuente. Pero hace unas semanas, Snowden decidió salir del anonimato desde Hong Kong. De allí viajó hasta Moscú, donde permanece en un área de la terminal del aeropuerto ruso. Ha solicitado asilo en una veintena de países, entre ellos, España. Pero por el momento, su situación sólo parece complicarse debido a los juegos de la diplomacia internacional. Mientras tanto, los rumores sobre su salida de Moscú hacia Latinoamérica no paran de crecer debido a las visitas de Estado, que realizan esta semana el presidente boliviano, Evo Morales, y el venezolano, Nicolás Maduro. Con la sospecha de que Snowden pudiera salir en algún vuelo, varios países europeos han bloqueado el avión del presidente de Bolivia. Evo Morales, ha pasado en Viena toda la noche tras un aterrizaje forzoso después de que varios países europeos le negaran el permiso para sobrevolar sus territorios. Hecho que ha desatado malestar en gran parte de Latinoamérica.

Pero la polémica del paradero y el asilo de Edward Snowden ha servido para tapar el trasfondo de la cuestión. El espionaje de datos. Snowden ha filtrado la existencia de un programa capaz de entrar en los servidores de gigantes de la red como Facebook o Google. A través de él, según denuncia, se puede investigar de forma indiscriminada los datos almacenados por estas compañías de internet.

Este hecho ha puesto contra las cuerdas a la administración norteamericana. Tras el escándalo, el presidente Barack Obama ha asegurado que no se puede tener el cien por cien de la seguridad y el cien por cien de la privacidad. Además, Obama afirmó que no se ha puesto en riesgo la libertad de los estadounidenses.

Uno de los mayores problemas que plantea este tipo de espionaje es la indiscriminación a la hora de acceder a las comunicaciones. Es decir, no se tiene en cuenta si el ciudadano ha cometido un delito o no. Además, se realiza sin una orden judicial previa. Este procedimiento se remonta al año 2001, cuando comienza la guerra global contra el terrorismo por parte de Estados Unidos. La administración norteamericana, dirigida entonces por George Bush, decidió eliminar ese requisito previo. A partir de ahí se han sucedido los métodos de espionaje a los ciudadanos. De momento Facebook ya ha revelado que el gobierno estadounidense le ha solicitado datos de 19.000 usuarios y a 32.000 de Microsoft.

Ante una herramienta tan presumiblemente potente de espionaje, la ciudadanía se pregunta qué puede hacer para evitar que sus comunicaciones no sean públicas. De momento, la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos ha presentado una demanda contra el Gobierno norteamericano. La Asociación considera inconstitucionales las actividades de espionaje y aspira a llegar al Tribunal Supremo.